Reto 2: Un relato terrorífico

Y hoy hace una semana que acompáñame publicaba el primer reto, que consistía en apuntarse al reto de “Un Halloween unidos”, para ello teníamos que dejar nuestro nombre del blog o de vuestro Face, para que tuvierais una cabecera personalizada, demostrando así, que todos somos distintos pero estamos unidos por acompáñame, en los próximos días se terminaran de publicar todas las cabeceras.

El reto de esta semana, seguramente, os costará más a unos que a otros, pero la cosa va poniéndose difícil, aunque también tiene premio, y mejor o peor, espero que todos lo intentéis.

Consiste en realizar un minirelato, que contenga entre 100 y 150 palabras, con un tema terrorífico.

Estos relatos o cuentos (que también sirven) tenéis que colgarlos en vuestro blog, bajo el título “Reto 2: Un relato terrorífico”. Una vez que lo hayáis hecho, volver a esta entrada, y dejarnos escrito el link de vuestro blog para que podamos leerlos.

Los que no tenéis blogs, no es tan complicado, mandarnos un correo electrónico a irisamigos@hotmail.es con vuestro relato y vuestro nombre, además, podéis colgarlo en el Facebook para que vuestros amigos lo lean. Los iremos además colgando en el blog por orden de aparición.

¿Qué ganáis con esto?

Además de divertirnos, al finalizar la semana, se recopilarán todos los relatos y se maquetarán en un libro, que os colgaremos en PDF, es un libro no comercial, por lo tanto estará a la disposición de todos desde acompáñame, firmado con el nombre del blog desde el que lo dejéis, o el nombre de Facebook que utilicéis.

¿TE ATREVES A PARTICIPAR?

Y bueno, pues a participar, se titula: Tarde en la sierra.

Corría sin parar, esperando llegar al coche antes que él, mi ferrari corría más que cualquier perro de cuatro patas, aunque se tratara de un lobo, y los cristales me protegerían de la luz del día.
Por fín había escapado de sus garras.
Aullaba mientras me seguía, y yo lo notaba cada vez más cerca, sentía esa terrible quemazón de una mordida, y además la sangre caía por mi pierna y por mi cuello, era una sensación desagradable el sentir que ibas a ser devorada.
Él me perseguía, el disfraz de lobo, le estaba dando efecto, daba realmente miedo, y por un momento creí que lo era, pero el olor a humano llegó a través del aire.
Así que me di la vuelta, y enseñé a mi adversario que a veces cuando uno juega con fuego se quema, mis afilados colmillos crecieron en el interior de mi boca para demostrárselo.

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