Cuento: La familia.

LOS ÁNGELES DE LOS NIÑOS

Pepe y Lula hoy están un poquito nerviosos, la profe les ha dicho que van a hablar de los ángeles de los niños. Ellos ya conocen al angelito Pepito, que es el angelito que los cuida desde el cielo, pero hoy, van a hablar de otros ángeles distintos, unos que dice la profe que siempre están a su lado.

Después de que todos se sientan en la asamblea y guardan silencio, la profe comienza a contar:

“Dice un cuento, que había una vez unos angelitos que estaban en el cielo esperando que les tocara su turno de nacer como niños y niñas de la tierra, entonces, Dios, que pasaba por allí, les vio un poquito preocupados:
-    ¿Qué os pasa?- les pregunto Dios.
-    Dicen- dijo uno de los angelitos- que mañana, vas a mandarnos a la tierra, pero, somos muy pequeños, ¿Qué vamos a hacer allí?
-    ¿Dónde comeremos?- Dijo otro de los angelitos.
-    ¿Cómo aprenderemos a andar? Aquí tenemos alas, pero allí en la tierra no- dijo otro angelito nervioso.
-    No tenéis que tener miedo- les explico Dios- porque la tierra esta llena de ángeles, que como vosotros, un día estuvieron aquí, y hoy están allí esperando a que lleguéis.
-    Pero, ¿Cómo sabrán que nos tienen que cuidar?- dijo una de las angelitas.
-    Porque ellos han sido avisados de que llegaréis, a las angelitas les crece la barriguita para que sepan que un nuevo bebe angelito va a ir a su casa.
-    Pero- dijo otro de los angelitos- Yo no se hacer nada, aun somos muy pequeños, y nos encanta cantar.
-    Ese canto en la tierra será un poco diferente- les explico Dios- allí suena como si estuvierais llorando.
-    ¿Entonces como sabrán ellos que estamos contentos y no tristes?
-    Los ángeles que os esperan en la tierra saben que cada vez que lloréis estaréis cantándoles una canción, porque necesitáis que cuiden de vosotros.
-    Pero, ¿Sólo con cantar basta para que nos hagan caso?- Preguntó otro de los angelitos.
-    De momento si, poco a poco os iréis haciendo más mayores y ellos os irán enseñando lo que está bien o está mal, hacerles siempre caso.
-    Pero, ¿Cómo entenderemos lo que nos digan?- pregunto otra de las angelitas.
-    Los ángeles con los que os mando, os sabrán hablar muy bien, para que entendáis lo que os quieren decir, y poco a poco, vosotros, iréis aprendiendo a hablar- les idjo Dios.
-    ¿Los ángeles de la tierra cantan?- Pregunto otro angelito interesado.
-    Si, saben cantar unas canciones muy lindas para que consigáis dormir, además, cuentan unos cuentos fantásticos, para que os lo paséis genial.
-    Pero, ¿Esos ángeles dan abrazos?- Dijo otro angelito.
-    Si, dan los abrazos más hermosos que nadie os ha dado, en cada uno de ellos sentiréis que os aman.
-    Pero- lloró otro de los angelitos- ¿Y que haremos cuando queramos hablar contigo?
-    Entonces, juntaréis las manitas, y ellos te enseñarán el modo de hablar conmigo, podrás hablarme siempre que lo necesitas, yo, estoy aquí, escuchándote.
-    ¿Y si hay ángeles malos?- Pregunto otro de los angelitos- Ángeles que no quieran portarse bien, que me peguen y me hagan daño.
-    Entonces, los ángeles con los que te envío te cuidarán, te protegerán siempre.
-    Pero, me pondré triste al no volver nunca más aquí- dijo otro de los angelitos.
-    No tienes que preocuparte por eso- le explico Dios- allí en la tierra el mundo es muy bonito, verás las plantas de miles de colores, escucharás los animales con sus fantásticos sonidos, y sobre todo, me ayudarás a cuidar la tierra, porque es un regalo que os hago, para que la disfrutéis, y algún día, cuando seáis muy viejecitos y ya estéis cansados de estar allí, os traeré de vuelta conmigo, para que estemos de nuevo juntos, pero recuerda, aunque no me veas, siempre estaré a vuestro lado.
Al día siguiente, los angelitos sintieron como sus alas se iban de su espalda, y el aro brillante de su cabeza desaparecía, estaban todos muy tristes y comenzaron a llorar, pero uno de ellos dijo:
-    Dios, ¿Cómo se llaman mis ángeles?
-    Los llamarás familia, porque son los ángeles que velarán siempre por ti, sus nombres no importan, y tampoco su rostro, lo único que debéis recordar, es que os aman.
Y al poco tiempo, en la tierra, en los brazos de unos papás, aparecieron unos pequeños bebes, que cantaban de alegría al sentirse tan queridos, ese canto, sonaba como un llanto aquí, pero las mamás, les abrazaron fuerte, y les cantaron y les hablaron dulcemente para que dejaran de llorar.
Y así, poco a poco, cuando esos angelitos se convirtieron en niños aquí en la tierra, y crecieron, nacieron otros angelitos, y otros, y entre todos fueron formando una familia.

Nuestra familia nos quiere mucho, y por eso, es tan importante que nosotros también les queramos.

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