Cuento: En mi familia, colaboramos.
En mi familia todos colaboramos
Pepe y Lula están muy contentos, la profesora les ha pedido que lleven al cole el libro que más les gusta, y Pepe, ha llevado un cuento de sus amigos los ositos.
Ese cuento, siempre se lo lee su mamá por las noches cuando se va a la cama, y es que, es un cuento que le encanta.
La profesora les ha dicho que se sienten a escuchar, y todos lo hacen muy atentos, Pepe se coloca en primera fila… ¡ Le encanta este cuento!
“Había una vez, una familia de osos, la mamá, el papá, el hijito y la hijita. Esta familia de osos vivía en una bonita cabaña en el bosque, era una cabaña muy bonita, siempre estaba llena de flores, olía genial porque estaba muy limpita.
Los sábados y los domingos, mamá osa y papá oso, llevaban a la Iglesia a sus hijos los ositos y al regresar, todos juntos, jugaban al juego de colaborar.
Mientras mamá osa barría el suelo con su escoba bailarina, la hijita osa, la ayudaba a recoger, y lo mismo pasaba con papá oso y el pequeño osito, ellos ponían la mesa para cuando la comida estuviera lista.
El resto de las casas del pueblo no eran nunca tan bonitas como la de los osos, además, ellos siempre estaban sonriendo.
Un día, mamá osa, fue a pasear por el pueblo y se encontró a la vecina tortuga.
- ¿Dónde vas mamá osa?- le preguntó la tortuga.
- Voy a casa- dijo mamá osa- los ositos están en el colegio y tengo que preparar la comida.
- Hay que suerte tienes dijo mamá tortuga, yo estoy muy, muy cansada, en mi casa nadie ayuda, y lo tengo que hacer todo solita, tengo que hacer tantas cosas, que cuando se hace de noche, no me da tiempo a contarle un cuento a mis pequeñas tortuguitas, al revés, las mando a la cama muy rápido para que dejen de ensuciar… Como me gustaría poder descansar.
- Pues, podéis jugar al juego de colaborar- le dijo mamá osa- cada uno tiene que hacer una cosa en la casa, porque sean grandes o pequeños, todos podemos ayudar.
La tortuguita se fue a su casa, pero nadie la ayudo, así que su casa se fue poniendo cada vez más fea y más fea, la mamá tortuga siempre estaba enfadada, y muy, muy cansada.
Al día siguiente, el papá oso estaba paseando por el pueblo recogiendo flores junto al osito pequeño, cuando se encontraron a la mamá leona.
- ¿Qué hacéis?- les pregunto la mamá leona.
- Recogemos flores para que mi casa huela bien- le explico el pequeño osito.
- Que suerte tenéis- dijo la mamá leona- En mi casa nadie ayuda, y yo esto tan cansada, que cuando se hace de noche, no me apetece salir a cortar flores para que mi casa huela bien, así que mando a los leoncitos a la cama para poder descansar.
- Pues, podéis jugar al juego de colaborar- le dijo papá oso- cada uno tiene que hacer una cosa en la casa, porque sean grandes o pequeños, todos podemos ayudar.
La mamá leona, se fue a su casa, pero nadie la ayudo, así que su casa se fue poniendo cada vez más fea y más fea, la mamá leona siempre estaba enfadada, y muy, muy cansada.
Y así fue sucediendo con las casas de todos los animales del pueblo, la casa de la gallina se puso fea, fea porque nadie ayudaba a mamá gallina, y también la casa del hipopótamo, la casita de los patos se volvió llena de suciedad, la de los cerditos tenía tanta porquería que ya no podían ni bañarse en el barro… Y así con todas las casas.
Y el pueblo se volvió muy, muy triste.
Pero la familia de los osos, se dio cuenta de que tenían que enseñar a la gente lo importante que es colaborar, no solo en casa, sino siempre, porque cuando colaboramos, los papás están menos cansados y pueden jugar con nosotros, contarnos cuentos, etc.
Así que la familia de los osos hicieron una reunión con toda la gente del pueblo.
- Mamá osa- dijo el papá tortuga- ¿Es verdad que en tu casa todos ponéis la mesa juntos?
- Claro que si- contestó mamá osa- mientras papá coloca el mantel, el osito y la osita llevan los vasos y las cucharas, y yo mientras preparo una cena riquísima.
- Papá oso- dijo la mamá leona- ¿Es verdad que por las noches les contáis cuentos a los ositos?
- Claro que si- dijo el papá oso- como todos hemos colaborado en las tareas de la casa, mamá osa no esta cansada, y mamá nos cuenta un cuento a todos nosotros.
- Pero a veces- dijo mamá osa- Papá oso también nos cuenta cuentos geniales.
- Y otras veces- dijo el osito- es mi hermana la osita la que nos lee un cuento de los que trae del cole, así, todos colaboramos también en eso.
- Y osito- dijo el bebe hipopótamo- ¿Es cierto que vuestro papá os lleva al parque todas las tardes y juega con vosotros?
- Si- dijo osito- porque papá y mamá no están muy cansados y pueden jugar con nosotros.
- Y, ¿Es cierto, hijita osa, que tu mamá se sienta contigo a hacer los deberes?- habló la hija del rinoceronte.
- Claro que si- dijo la hijita osa- mamá tiene tiempo para estar conmigo, porque entre todos terminamos antes las cosas que hay que hacer en casa.
Los animales, oyeron todo lo que la familia oso les contaba, y decidieron que si ayudamos en casa, mamá y papá están menos cansados y podemos hacer más cosas juntos, como jugar, leer cuentos, ir al parque… Así que desde ese día, ese pueblo, fue el pueblo más lindo del mundo, porque todo el mundo jugaba al juego de colaborar.”
¿Tú también ayudas a tus papás en casa? Recuerda, que en casa, todos tenemos que colaborar.
Qué majos los osos y lo que nos enseñan, cualquier animal nos puede enseñar muchas cosas profe, muuuchas, hasta el alien
ResponderEliminarMuas, bonito relato solete