Relato corto: La voz

Cuentan que allá, en el lejano desierto, había dos hombres, uno era el maestro, el otro el discípulo.
Dicen, que un día el discípulo estaba hablando con su maestro cuando alguien repitió sus palabras "La gente es mala", "la gente es mala", "es mala", "mala".

El discípulo sorprendido se quedó callado mientras oía como la voz se perdía en el espacio y se llevaba sus palabras con ella.

Instantes después, el discípulo volvió a hablar, "La gente miente", "la gente miente", "miente", "miente", volvió a repetir la voz, y de igual modo, se perdió en el espacio y se llevó sus palabras lejor, muy lejos.

El discípulo, volvió a esuchar en silencio, asustado de que alguien, lejos de allí, pensara exactamente lo mismo que él.

El discípulo miró al maestro, y le dijo, "¿Te das cuenta de que no soy el único que piensa de ese modo?. El mundo no es bueno"

El maestro esperó en silencio unos instantes y después respondió, "El mundo te da aquello que tú entregas". Una voz, más grave y aguda que la anterior, repitió sus palabras en la lejanía, "El mundo te da aquello que tu entregas" "Te da aquello que tú entregas" "que tú entregas" "tú entregas".

El discípulo se quedo callado, mientras la voz, repetía las palabras de su maestro, y como en las anteriores veces, se las llevaba lejos, muy lejos.

Cuando la voz se alejó, el maestro le dijo en alto y de nuevo, "en el mundo, el eco, es la repetición de tu voz, las acciones de la mayoría, son repetición de las propias. Aprende bien esta lección, entrega y te entregarán, se positivo y el mundo te ayudará a sonreír".

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