Cuento: La fiesta de las sombras.
Los animales que viven en el cielo están muy contentos, hoy, tienen que sacar su traje más bonito, porque van a celebrar una fiesta.
Pero esta no es una fiesta como las demás, es una fiesta con una regla, todos los animales tienen que llevar algo suyo, y después hay que adivinar, quien es cada animal.
El señor búho, ha decidido esperar a que llegue la noche para observar, como será el traje de los demás animales, a lo mejor, así se le ocurre una idea.
El señor búho, ha mirado sobre las olas del mar, ha buscado entre los árboles, pero, no encuentra ningún traje que ponerse, de repente, posado sobre su rama preferida, ve su imagen reflejada por la luna.
- ¿Qué será eso?- Se pregunta.
El señor búho, baja del árbol a investigar que eso tan negro que se refleja en el suelo, y que se parece a él, a lo mejor es un búho nocturno, no entiende nada.
Pero cuando el señor búho llega al suelo y busca a su nuevo amigo, se da cuenta de que no está, se ha marchado, que rápido vuela ese búho.
Lo mismo le ha pasado a la señora águila, y es que, ha esperado que llegue la mañana, para volar rápido por el cielo, y ver los trajes de los demás animales, pero no ha visto nada, todos deben tenerlos muy escondidos.
La señora águila, se ha puesto delante del sol, y no sabe como, pero un amigo de color negro, con la misma forma que ella, ha aparecido dibujado en la tierra.
La señora águila decide ver que es, y se eleva alto, alto, alto, para ver si encuentra a su nuevo amigo, pero cada vez que ella vuela más alto, el amigo águila de color negro, se hace más grande aun, al final, la ha dado miedo, y ha dejado de buscarle, por si acaso era peligroso.
Su amigo el buitre, les observa desde un árbol, y se ríe, mientras les ve jugar a su nuevo descubrimiento. Las sombras.
El amigo buitre, es el que organiza la fiesta, y quiere que todos se diviertan, ya sabe, que la señora águila, y el señor búho, nunca se deciden que traje llevar, así que, esta vez, él mismo les ha buscado los trajes, serán sus sombras, seguro que al resto de los animales también les gustan.
Al anochecer, comienza la fiesta, como Buitre pensó, ni águila, ni búho, llevan sus trajes puestos, o eso creen ellos, porque la verdad es que si.
- Señora Águila, hermoso traje lleva- la dice Buitre cuando llega a la fiesta.
- Yo no llevo traje- le explica la señora Águila.
- Si lo llevas- le dice el Buitre- uno igualito que tu, pero de color negro.
- La señora águila se asusta y se da la vuelta corriendo, cree que su amigo negro, ese que le da tanto miedo, quiere hacerla daño.
Cuando mira para atrás la señora águila ve algo distinto, y es que, su amigo negro, ahora es alargado, algo extraño esta pasando.
Cuando llega el amigo búho a la fiesta, el buitre se acerca contento a saludarle.
- Señor búho, hermoso traje lleva- le dice Buitre.
- Yo no llevo traje- le explica el señor búho.
- Si lo llevas- le dice el Buitre- uno igualito que tu, pero de color negro.
- La señor búho se asusta y se da la vuelta corriendo, cree que su amigo negro, ese que es tan rápido, también ha ido a la fiesta.
Cuando mira para atrás el señor búho ve algo distinto, y es que, su amigo negro, ahora es alargado, algo extraño esta pasando.
La señora Águila y el señor búho, intentan atrapar a sus amigos, pero no lo consiguen, el buitre se ríe un buen rato, pero después les explica.
- Todos tenemos una sombra, que nos sigue a todas partes.
- Pues la mía da mucho miedo- Dice la señora Águila- es grande, muy grande.
- Como tú- la dice el buitre- tú también das miedo, con ese enorme pico y esas enormes alas.
- La mía si que da miedo- le dice el búho- es muy rápida.
- Como tú- le dice el buitre- porque se mueve igual de rápido.
- Todos tenemos una sombra- les sigue explicando el buitre- que se nos parece, yo sabía que los dos, ibais a querer venir los más guapos de la fiesta, pero si os fijáis, todos los animales, se han disfrazado de ellos mismos, porque no hace falta ser distinto, para ser hermoso.
- Ya lo entiendo dijo el búho- tu querías, que lleváramos a la fiesta algo que fuera nuestro, y la sombra es mía.
- Ya lo entiendo- dijo la señora águila- algo nuestro, somos nosotros mismos, y así es como nos quieren los demás.
- Claro- les dijo el buitre- tú, señora águila, eres grande y fuerte, pero todos te queremos así, tú, señor búho, eres rápido y atento, por eso te queremos así.
Todos somos iguales, y si no, mirar de que color es vuestra sombra.
Precioso cuento!!!!! quien de pequeño no ha jugado a seguir su propia sombra escurridiza....muy divertido y la enseñanza que
ResponderEliminartenemos que ser nosotros mismos siempre... Muchas gracias por compartirlo!!!
un abrazo de Begoña