Síndrome de Down- Su desarrollo socioemocional y de la personalidad.

Ya las interacciones madre- hijo se encuentran afectadas por las especiales características infantiles, especialmente cuando son patentes desde los primeros momentos del desarrollo, como en el caso del SD.
Los niños, no muestran los primeros patrones de interacción con, por ejemplo, patrones anormales de contacto ocular. Complementariamente los padres necesitan asumir y adaptarse a la discapacidad, o que, a la postre, revierte en una interacción social con peculiaridades interactivas, especialmente las referidas al alto control del adulto.
En edades posteriores, se ha señalado que las personas con DM muestran altos niveles de ansiedad, bajo control y más probabilidad de trastornos de personalidad, sentimientos de frustracción, hiperactividad, labilidad emocional y vulnerabilidad al estrés, así, como tendencia a evitar el fracaso antes que a buscar el éxito.
Hay que señalar la importancia del clima familiar y escolar. Por ejemplo, el sentimiento de incapacidad y fracaso no tiene porque estar causado por la discapacidad, sino por las tareas que se le piden al niño. Si sometemos a este a situaciones en las que la probabilidad de fracaso es muy alta, por ser difícil los logros que le pedimos, o, por el contrario, si directamente hacemos las cosas por él, porque pensamos que lo hará mal, estamos produciendo un déficit motivacional en el alumnado, que no está relacionado con la discapacidad, sino en como estructuramos su ambiente de estimulación y aprendizaje.

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