Cuento: Me gusta compartir
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Vera y Marco están muy contentos, va a ser el cumpleaños de un amiguito del cole y los dos están invitados a la fiesta.
Es una fiesta de disfraces y los dos están muy nerviosos, sus mamás les han comprado unos disfraces preciosos para llevar a la fiesta, pero es algo mágico las fiestas de disfraces, y a ellos les gustan mucho.
Marco, va disfrazado de dinosaurio, con una cabeza de dinosaurio y un cuerpo de dinosaurio, y la verdad, con la cola del dinosaurio anda un poco mal, y las manos no le dejan coger las chuches que su amiguito esta repartiendo en el cumpleaños.
Para cada niño hay dos caramelos, a Vera la encantan los chupa chups, así que ha elegido, uno de fresa y otro de naranja, Marco, solo ha cogido uno, y una gominola que ya se la ha comido, y estaba riquísima.
Pero cuando Marco intenta comerse el chupa chups, con las manos del dinosaurio, el chupa chups se le cae al suelo y se mancha, que pena, pero ya no puede comérselo, porque el suelo está sucio, así que tiene que ir a tirarlo a la basura.
Marco se pone a llorar, esta triste, porque todos los compañeros tienen chucherías, todos menos él.
Vera, se da cuenta de que su amigo esta muy triste, y se acerca a él para preguntarle que le pasa.
- ¿Qué te pasa Marco? ¿Estas malito?- Le pregunta Vera.
- No, no estoy malito, es solo que, ya no tengo chupa chups, y a mí me encantan.
- Pero, ¿Dónde está el tuyo?- Le pregunta Vera.
- Como quería venir disfrazado de dinosaurio, mi mamá me ha comprado un disfraz precioso, pero claro, las manos del dinosaurio no son como las nuestras, y el chupa chups se me ha caído al suelo, ahora ya, no tengo caramelos.
Vera, sabe que ella tiene dos caramelos, ella ha cogido dos chupa chups, y sin pensárselo ni un momento, se lo da a Marco.
- Toma- le dice Vera.
- Pero es tuyo- la contesta Marco.
- Si, lo sé, pero, prefiero que estés feliz, a mi me gusta compartir las cosas con los amigos, porque así, dejarás de estar triste.
Marco le da las gracias a su amiga Vera, y corriendo se mete el chupa chups en la boca, esta riquísimo.
- Gracias Vera- la repite.
- De nada Marco- dice su amiga.
Y es que, cuando compartimos nos sentimos mucho mejor, y hacemos felices a los demás.
Y tú, ¿has compartido alguna vez?
Así tenía que ser siempre pero normalmente los que tienen dos quieren cuatro y los que tienen cuatro quieren dieciséis.
ResponderEliminarLa vida es un poco jevi amiga profe.
Un saludo.