El compañerismo. Sepamos un poco sobre él.

En los primeros episodios de la vida se crea un vínculo entre madre e hijo. Normalmente, claro está.
Luego, con el paso de los años, la figura del padre se hace más patente y, dependiendo de según qué caracteres, tanto de padres como de hijos, el vínculo es más estrecho hacia el lado de la madre, o hacia el lado del padre.
Esto es normal, siempre tenemos preferencias y casi libre albedrío.

Pero, cuando empezamos a conocer a más gente, más iguales a nosotros, se crea otro vínculo que no es familiar.

Es el compañerismo, los amigos.

De ahí el dicho.
"Dime con quién te juntas y te diré cómo eres".
Bueno, tampoco es así del todo, ni por los dichos nos vamos a tener que llevar en la vida porque cada cuál usa un dicho como mejor le viene en ese momento.

Lo que es cierto es que no hay que confundir el compañerismo con ser el tonto del grupo y que, mientras sirvas al propósito de los líderes y aledaños, te dejarán estar con ellos. Cuando no cedas a sus caprichos, intentarán apartarte o hacerte la vida imposible.

Hay que huir de esos "compañerismos" y elegir los amigos que sean positivos para vuestro desarrollo, tanto intelectual como físico.

Saber decidir eso es muy difícil, ni siquiera en edades adultas, así que solo hay que esperar que la "suerte" nos aparte de amigos no recomendables y que nos puedan manejar a su antojo.